Mucho más que un partido de fútbol.

Hoy no tengo pensado hacer un análisis futbolístico del partido, ni ensalzar las cualidades de Cristiano Ronaldo. Hoy tengo pensado hablar de aquello que no sale en la pantalla.

Pongámonos en el lugar de un aficionado de Chelsea o Manchester United. Hay miedo a perder pero también se quiere ganar y celebrar por todo lo alto la victoria en la máxima competición continental. Volver el Lunes al trabajo o a clase y aguantar al hincha del equipo rival es una de las peores cosas que te puede pasar, sobre todo si el rival lo tienes tan cerca.
El Chelsea puede ganar su primera Champions y el United se puede poner en tres, a dos del Liverpool. ¿Para quién es mas importante esta final? Yo creo que para Chelsea, que sabe que en el momento en que se cierre la billetera de Abramovich tendrán muy difícil volver a estar tan alto.
Que desastroso sería para un aficionado de cualquiera de los dos equipos gastarse un dineral en viajar nada menos que a Moscú, dejándose parte de su sueldo en una bendita entrada y volverse de vacío, aunque guardará para toda la vida un grato recuerdo de los momentos previos. Por mucho que nos cuenten que lo peor es no llegar, en mi opinión eso no es cierto: lo peor es llegar y perder, porque el segundo es el primero de los perdedores.
Y esto pasa en todas las finales pero en la Champions se acentúa porque es la competición que corona de verdad al mejor equipo del mundo, perder y ver al rival levantar la copa es muy doloroso, sobre todo después de haber sufrido tanto durante el largo camino hasta la final. No quisiera conocer como es un vuelo de vuelta a casa después de haber perdido una final de la Champions League.
Y para el que gana todo es alegría, no hay nada de que lamentarse porque no hay cota más alta que ser campeón de Europa. Ganar títulos da prestigio pero este aun más, impone a los rivales saber que frente a ti tienes al mejor equipo posible, al vigente campeón.

Debe de ser los más grande viajar a una ciudad tan lejana y encontrar allí a miles y miles aficionados de tu equipo, celebrando estar en ese lugar y en ese momento, esperando un partido que parece ser lo de menos.
Todo el mundo está pendiente de está final, y prácticamente toda la Europa futbolística se sienta delante del televisor a ver el partido más importante del año.

La locura se desata en el día de la final, hay mucho en juego y eso se nota sobre todo entre las aficiones, la tensión se palpa allá donde haya un aficionado de uno de los dos equipos.
Ningún enfermo de fútbol se pierde esta final y esta en la agenda de todos desde el comienzo de la temporada, es un dia grande para todos.

Todavía no hay número de asistencia confirmado a Moscú pero supongo que serán mas del United, porque muchos van sin entradas esperando colarse o conseguir una en la reventa. La organización debe tener una emvergadura bestial para que no ocurran incidentes.

La final 2007/2008 se disputa en el Estadio Olímpico Luzhniki construido en 1956 y con capacidad para casi 85.000 espectadores. Un escenario muy bonito pero una vez más se llevan la Final de la Champions League a un estadio con pistas de atletismo, quizá para la televisión, organización etc queda muy bien, pero para el aficionado al fútbol es un sacrilegio.

Y según parece la copa volverá a ser entregada en el palco presidencial, para que Papa Platini y todos los peces gordos salgan guapos en la foto, con lo bonito que quedaba ver al capitán levantando la orejona en el cesped.


Pase lo que pase: ¡VIVA EL FUTBOL!